Tiende a ver una confusión sobre qué es crédito y préstamo, lo tratamos como si fueran la misma cosa, la realidad es que cuentan con características diferentes. Si bien en ambas casos nos permite salir de pago de deudas inesperadas, alguna emergencia o salir del pago de adquisición de bienes, pero cada cosa a su manera. Entonces empecemos con los conceptos básicos de préstamo y crédito.

Los préstamos son otorgados en su totalidad al momento que se acepta la solicitud. El prestamista o entidad financiera ofrece cierta cantidad de dinero que el solicitante se compromete a pagar junto con el interés que corresponda. El pago de la deuda se hace por medio de cuotas fijas periódicas, que se acuerdan con antelación.

El crédito por su parte es el dinero que se pone a disposición de un cliente, no se entrega de una vez sino que a medida que lo necesita se va soltando, sin pasarse del límite, cuando el cliente considera que es conveniente usar y no está obligado a gastarlo todo. Los intereses se calculan en base al dinero que vale ya sea la mercancía, un bien o una tarjeta de crédito o cuenta, depuesto por el cliente esto se llama importe.

¿Cual es mi mejor opción?

Las circunstancias pueden determinar gran parte de esta decisión, la rapidez, el monto, la posibilidad de pagar la deuda entre otras, puedes tomar esta decisión basándote en las diferencias.

  • El crédito te ofrece la suma total fracturada, o esa, en partes. El préstamo te entrega todo el dinero en una sola transacción.
  • La fecha de vencimiento puede renovarse con los créditos, en los préstamos debes liquidar todo en el tiempo acordado.
  • Los préstamos sirven para pagar la compra de un activo, como un carro o tus estudios, mientras que el crédito funciona para cosas más pasajeras que debes enfrentar cuando no tienes liquidez, puede servir para empresas también.
  • Los intereses son más altos en los créditos pero solo pagas el interés de lo que has usado, es decir, que si usas poco dinero del crédito las tasas no son excesivas.
  • Los créditos puedes renovarlos, incluso unas 3 veces.

Solicitar dinero para buscar soluciones es algo más común de lo que se cree, el dinero no le rinde a todo el mundo igual porque cada quien adquiere diferentes responsabilidades y estas cuentas con diferentes medidas. Los préstamos o créditos pueden salvarnos de una mala situación pero si te fijas en sus diferencias lograras elegir algo más acorde a tus necesidades, no solo al momento de solventar una crisis, sino para pagarla después. Así no generarás una suma de problemas innecesarios, sino que puedas resolver la urgencia y la responsabilidad adquirida.